jueves, 29 de octubre de 2009

Crecen colonias de abejas en Ciego de Avila

A más de seis mil 500 aumentó la cantidad de colmenas este año en la provincia de Ciego de Ávila, con el objetivo de elevar la producción de miel, vital renglón exportable y necesario en medicamentos y la industria de los cosméticos.
El incremento obedece al aporte del centro genético de abejas reinas del territorio, el cual logró desde enero hasta la fecha más de cuatro mil ejemplares, destacó Vladimir Echemendía, director de ese Establecimiento.
La contribución de esa unidad especializada permitirá, además, acrecentar en 700 las colonias de los productivos insectos el próximo año aquí, agregó el dirigente.
Esta institución se distingue nacionalmente por poseer todos los requerimientos técnicos y alcanzar excelentes abejones, con los que garantiza para esta y otras provincias colmenares de mayor vitalidad y productividad.
Solamente cuatro trabajadores laboran en el centro, el primero de su tipo surgido en Cuba a principio de los años 80, que sirvió de modelo en el país.
En opinión de especialistas de la Agricultura, el reducido colectivo sobresale, además, por el constante mejoramiento de los núcleos de fecundación, lo que se traduce después en el reemplazo con reinas jóvenes de al menos las dos terceras partes del total de apiarios de la provincia.
La sustitución oportuna de las "soberanas" se revierte rápidamente en mayores acopios del dulce alimento, aunque los cambios climáticos son su principal enemigo, subrayó Guillermo Abad, jefe del centro genético.
El desarrollo avícola en Ciego de Ávila sufrió severos daños a finales del 2008 por los ciclones, y también este año como consecuencia de la escasez de lluvias durante los meses de mayo, junio y julio.

miércoles, 21 de octubre de 2009

DULCE REMEDIO

El burrito es milagroso. “Con esto puedes tener gemelos y hasta trillizos”, revela con picardía el chaqueño Carlos Sandro Borda Valdez y degusta un poco de la miel de la abeja, conocida por los guaraníes como “hatai” o “burrito”, a la que se le atribuyen poderes afrodisíacos en el sur del país.

Borda muestra un frasco con la jalea de la Scapto trigona spp, el nombre científico de este insecto nativo de la provincia Gran Chaco de Tarija, donde su melaza es uno de los principales alimentos en la cultura guaraní.
Si bien su fama ha convertido a la abeja burrito en la más popular entre el público masculino, la más consentida es la señorita o Tetragonisca angustula. “Hay mucha gente que se curó de las cataratas con las gotitas de su miel”, sostiene Borda, coordinador del proyecto Aprovechamiento Sostenible de Especies Melíferas en Villamontes. Esta iniciativa, financiada por la Fundación Puma y la Prefectura de Tarija, beneficia a 64 socios de siete comunidades del municipio de Villamontes.
Burritos, señoritas y negrillos (Trigonas sp) forman parte de las especies meliponas con las que trabaja el programa para su primera cosecha de agosto de 2010. En tanto, continúa la producción de 12 mil kilos anuales de miel de las extranjeras Apis melíferas, que a diferencia de las primeras tienen aguijón y pican.

Las abejas son sus amigas

Juan Cruz Carvajal (45 años) sabe de abejas como pocos. “Son mis amigas y ellas me reconocen cuando reviso los panales, por eso no me pican”, explica el apicultor, para quien estos animales son sensibles e identifican el aroma particular de las personas. “Reconocen a sus dueños y creo que hasta saben qué tipo de jabón utilizo”, dice.
Otros son más ocurrentes. “Yo les pongo nombres a mis colmenas. Tengo cinco Melisas y dos Bertitas y al entrar las saludo: ‘Hola mis amores, ¿cómo están?’ y así no se ponen bravas. Hay que tratarlas como a las mujeres... con cariño”, suelta Amado Escalante Padilla (59), otro apicultor.
Cruz posee en su propiedad de Taihuati —a media hora de viaje de Villamontes— diez colmenas con las cuatro especies. Su comunidad es una de las siete donde se lleva adelante el plan de aprovechamiento de los bosques mediante la meliponicultura o la cría de las especies nativas (señoritas, negrillos y burritos) junto a las extranjeras. La ejecución del programa, que cuenta con un financiamiento de Bs 991.446,50, ha demostrado que originarias y extranjeras pueden convivir en la provincia tarijeña Gran Chaco.
“Mis apis ya están amansadas, ya no me pican”, afirma Juan Cruz, apoyado en sus muletas. El técnico apicultor, en su adolescencia, perdió la pierna derecha a causa de la mordedura de una víbora, pero ha resistido más de un ataque de las abejas.
Con esa experiencia, Cruz reafirma que la cría de estos animales no es un juego de niños y recomienda a los primerizos en el oficio llevar siempre protección. “Si alguna vez te atacan, lo que debes hacer es quedarte quieto hasta que ellas se vayan”.
Hace un tiempo, las señoritas estaban a punto de desaparecer y todo por los meleros. “Nosotros somos apicultores, no somos meleros, esos que voltean los árboles para llevarse la miel y que ponen en peligro la flora y la fauna. Nosotros no hacemos eso”.

Enfermeras voladoras

Para los guaraníes no existe la infertilidad. Sus antiguos sabios transmitieron por generaciones la mejor cura para las mujeres que no pueden concebir hijos. El secreto está en la miel de la burrita o Scapto Trigona spp —la hembra del burrito, el de los poderes afrodisíacos—. “Si una mujer no puede tener hijos, sólo debe consumir esta jalea y el problema se corrige”, explica Carlos Borda mientras enseña las colmenas en la comunidad de Chimeo.
Las abejas nativas son pequeñas boticas voladoras en la zona chaqueña. A la picadura del burrito se le atribuye un alto poder energético. En tanto, recomiendan una gotita diaria de miel de las señoritas para eliminar de raíz las carnosidades en la vista que pueden crecer hasta convertirse en cataratas. Al consumir miel se excluyen también las úlceras estomacales. “Limpia el organismo por dentro”, asegura el coordinador del proyecto melífero.
Esas cualidades se suman al tradicional uso de la jalea como expectorante para la garganta y los problemas de amígdalas y pulmones; en este caso, el almíbar que producen los negrillos y las extranjeras es el recomendado.
Los apicultores esperan para el 2010 su primera cosecha de las nativas; se prevé obtener dos kilos de miel por colmena. Si se toma en cuenta que son 64 socios y que cada uno tiene al menos diez nidos, la primera producción alcanzaría los 1.280 kilos.
Para los granjeros, el horizonte de la miel se amplía porque su asociación entrega ahora parte de su producción al Ministerio de Salud y Deportes, como uno de los componentes del subsidio de lactancia. Eso, sin tomar en cuenta el polen, propoleo, champús, jabones, caramelos y otros derivados que el próximo año se venderán en todo el país.

Extranjeras amansadas

Los 40 grados centígrados y la flora y fauna en el Chaco son el dulce de las abejas. Los bosques de la serranía del Parque Nacional Aguarague —donde abundan el cedro, el roble, el lapacho rosado y el palo blanco, entre otras especies maderables— otorgan las mejores condiciones para estos insectos. “Los árboles garantizan la producción de miel, las abejas polinizan flores y mientras más flores, más miel habrá”, deduce la apicultora Carina Ordóñez.
Entre las nativas y las extranjeras, estas últimas son las que más éxito tienen en tierras tarijeñas. Llegadas a mediados del siglo XIX desde España, Portugal e Italia a Bolivia, las Apis melíferas se reprodujeron en los sectores tropicales y subtropicales del país y en la actualidad son las que más rinden. Si el año pasado, la asociación produjo 12 mil kilos de miel extranjera, la meta para este 2009 es llegar a 15 mil kilos.
Los apicultores pueden captar hasta 40 kilos por colmena de apis en un año, a diferencia de los dos kilos que dan las nativas. Ahora que la miel de las especies locales irá al mercado medicinal, la asociación espera incrementar sus socios de 64 a 80.
Por el momento, la miel que producen las abejas extranjeras sólo se puede comprar en el mercado central de Villamontes.

jueves, 15 de octubre de 2009

Las abejas, productoras de miel y de biodiversidad

El número de abejas disminuye en nuestro planeta, un descenso que, lejos de ser irrelevante, supone un importante problema. Más allá de su labor productora de miel, néctar, propóleo y cera, los insectos melíferos son los principales polinizadores de los cultivos. De su supervivencia dependen los frutales, las verduras y los pastizales.

La Reina y los zánganos aseguran la especie

La eficacia con la que mantienen el ecosistema es el fiel reflejo del orden con el que viven y trabajan en una colmena miles de obreras y zánganos. Y una reina. Todas las abejas nacen de un huevo real depositado en un alvéolo. Si éste ha sido fecundado serán hembras, es decir, abejas obreras; si no lo ha sido, machos o zánganos. Y si, ya fecundado, se alimenta durante toda su metamorfosis con jalea real en un alvéolo mayor (conocido como realera) nacerá reina.
Una colmena puede contar con varias realeras, pero sólo puede sobrevivir una de sus ocupantes, por lo que la primera misión de las reinas es matar a las demás larvas reales. Después, emprende el vuelo nupcial para dejarse fecundar por una docena de zánganos a los que decapita. Completa de esperma, la reina impregnará con su feromona la colmena que enjambra como hogar, del que no volverá a salir y en el que durante cinco años producirá, en los momentos de mayor puesta, hasta 2.000 huevos al día. Creará su propia familia de cientos de zánganos y miles de obreras.

Las obreras, trabajo sin descanso durante sus siete semanas de vida

Las abejas obreras, que pueden llegar a ser 70.000 en cada colmena, no descansan en sus escasas siete semanas de vida (existencia que se puede prolongar hasta los cinco meses en el invierno, el periodo con menor actividad). Los primeros cuatro días se encargan de la limpieza de las celdas; hasta el décimo día ceban con jalea real, poleny miel a las larvas, y con dos semanas ejercen de almaceneras del polen hasta que su abdomen madura y es capaz de producir cera que destinan a reconstruir los panales. Compatibilizan esta función con la de guardianas que espantan a zánganos u otros insectos con su aguijón. Cuando a los 22 días se convierten en una abeja adulta, digna de ser una Apis melífica, salen a cosechar. Volarán de flor en flor hasta su muerte.

Un vuelo doblemente fértil y un lenguaje propio

En plena floración, al menos diez veces al día salen y regresan las abejas a su colmena, que reconocen por el olor específico de su reina. Las abejas se caracterizan por su lenguaje, codificado y preciso, que expresan mediante el "baile". Si han localizado alguna fuente de alimento, cuando retornan a la colmena ejecutan una danza que se conoce como baile del ocho, por la trayectoria que sigue la abeja. Con este movimiento, acompañado de la vibración del tronco, indican la dirección y la distancia de la fuente de alimento. Una doble misión que consiste en recolectar néctar para alimentar a las larvas, pero que también sirve para transportar las sustancias que hacen posible la procreación de las especies silvestres y la biodiversidad vegetal. Gracias a su vuelo polinizador, las flores de plantas y árboles son fecundadas, y, en consecuencia, nacen frutos y semillas. Ambas funciones son conocidas por el hombre desde hace miles de años. Los antiguos egipcios ya criaban abejas.

La apicultura, una ciencia milenaria ejemplo de sostenibilidad

Las abejas son un ganado de cría. Los apicultores son por tanto ganaderos que atienden sus cabañas, pero también son agricultores que cosechan la miel. En tiempos pretéritos, para conseguir el fruto se veían obligados a fragmentar los panales, pero en 1841 el apicultor Lorenzo Lorraine Langstroth descubrió que las abejas marcaban un espacio de seis milímetros entre los panales de cera, lo que le llevó a patentar la colmena de cuadros móviles, que permite extraer la miel sin romper el ciclo de vida. Hasta tal punto es así que la regla es: no extraer miel hasta asegurarse de que la colonia no la necesitará en invierno, y extraer sólo los excedentes de las necesidades de las colonias. La razón no es generosa, es sostenible: si las abejas no tienen provisiones necesarias para pasar el invierno, antes de morir, emigrarán.

Sencillamente, miel

El principal flujo de miel se produce a principios y mediados del verano. Para su extracción, se retiran los cuadros y se cepillan para desprender las abejas. El siguiente paso consiste en eliminar los opérculos -tapaderas- de cera que cubren los panales, panales que se centrifugan para sacar la miel. La miel extraída se filtra eliminando las impurezas. Y así, sencillamente, el producto está listo para envasar.

Y propóleo, cera y polen

El propóleo es la sustancia resinosa con la que las abejas tapan los agujeros de la colmena para evitar el frío invernal. Esta función termina con la llegada del calor, y se convierte en alimento que favorece las defensas del organismo.
El polen, que se 'roba' a las abejas -como máximo dos kilos por temporada- colando un escotillón en la entrada de la colmena que impide que la abeja lo introduzca, tiene propiedades medicinales, pero también lo utiliza el apicultor si el invierno se alarga y necesita alimentar al ganado.
La cera (proveniente de los opérculos y de los panales viejos) no es una producción vegetal sino una secreción voluntaria, siempre excesiva, de las abejas, que se recoge después de extraer la miel.

La apiterapia, medicina extraída de las colmenas, se abre paso en el mundo

Utilizada de forma empírica desde hace milenios, la apiterapia, una medicina que recurre a los productos de las colmenas, más baratos que los remedios clásicos, fue presentada en el Congreso Mundial sobre las Abejas de Montpellier (sur de Francia) como una alternativa interesante para los países pobres.
En la colmena todo es bueno para la salud: la miel, el polen, la jalea real, la cera, la propolis, una sustancia resinosa extraída por las abejas de los cogollos de ciertos árboles, e incluso el veneno, aseguran los adeptos a la apiterapia presentes en Montpellier.
La miel sirve "para bellas cicatrizaciones", el polen es "tonificante", la propolis tiene propiedades anti-infecciosas, la jalea real "estimula el cerebro", la cera es utilizada para cosméticos, resume Patrice Percie du Sert, presidente de la Asociación francesa de apiterapia, integrada por médicos, investigadores e industriales.
Sin embargo, la apiterapia "no es verdaderamente reconocida en el mundo médico", lamenta Ghislaine Pautard, asistente del profesor Bernard Descottes, del Hospital Universitario de Limoges (suroeste), pionero en la investigación sobre la cicatrización con la miel. "Es una lástima porque funciona también como los productos clásicos. En nuestro hospital utilizamos las vendas clásicas, pero al llegar a un cierto estado en la evolución de la herida, utilizamos miel, y eso puede tener resultados extraordinarios. La miel permite una cicatrización rápida y estética", añade Pautard. El hospital de Limoges "se ahorra así centenares de días de hospitalización", al acelerar la cicatrización de los pacientes, asegura.
La apiterapia podría permitir ampliar las posibilidades de tratamientos mediante un costo netamente inferior a los productos clásicos, una perspectiva interesante para los países pobres, donde poblaciones enteras carecen del derecho a ser atendidos por médicos, observa.
"En Rumanía somos privilegiados, ya que la apiterapia es reconocida", recalca Cristina Mateescu, doctora en bioquímica y directora del Centro médico de Apiterapia de Bucarest, el primer de su género en el mundo, creado en 1984.
Los productos de la colmena pueden ser utilizados como medicamentos o suplementos nutricionales, explica. El veneno de la abeja permite curar la esclerosis en placas, indica, citando el caso de un paciente de 18 años afectado de esta enfermedad y quien siguió en Rumanía un tratamiento a base de inyecciones de apitoxina.
"Rumanía está muy avanzada en apiterapia, ya que es un país que no ha tenido muchos medicamentos y sí muchos apicultores", dice Patrice Percie du Sert.
Por su lado, el presidente de la Unión de apicultores de Francia señaló que "el hombre sabe desde hace mucho que los productos de la colmena son buenos para la salud". Los incas, los griegos, los romanos, los utilizaban. Los egipcios conocían las propiedades anti-infecciosas de la propolis y la usaban para embalsamar a sus muertos.
Las abejas hacen igual, cuenta otro investigador, Henri Clement: "cuando un ratón penetra en una colmena, lo que puede suceder, las abejas lo matan y como no lo pueden evacuar, lo momifican en el lugar, untándole propolis".

martes, 6 de octubre de 2009

Miel, la dulzura de las flores

Producto de las abejas de esta variedad que han ido evolucionando desde hace 45 millones de años para darnos ayer, hoy y con un poco de suerte mañana, la miel, la cera y lo más importante, la polinización de las flores que hacen posible su fructificación.
La miel se considera un alimento entre animal y vegetal, ya que la parte vegetal, néctar y polen, se ha convertido en miel gracias a la digestión de los citados por parte de las abejas.La miel fue, sin ninguna duda, el primer edulcorante que usó el hombre, se supone que yendo los hombres de las cavernas a buscar panales silvestres y poder robar su miel, al igual que todavía hoy día hacen algunas tribus, los osos, los diversos monos y otros muchos animales. Se sabe que nuestros antepasados ya la comían hace más de 200.000 años. Hay dibujos rupestres hallados en Bicorp (Valencia), de más de 10.000 años, con la figura de un hombre colgados de unas cuerdas para poder meter la mano en una colmena, que datan de esas fechas, aunque no pongan el día.
Incluso se cree que la primera bebida alcohólica, fue una fermentación espontánea de agua con miel, pero como no había oficina de Patentes, nos quedamos sin saber el nombre, ni la "denominación de origen". Fueron los egipcios, aunque podrían haberlo aprendido de los babilonios, quienes hace casi 5.000 años, lograron domesticar a las abejas, o al menos, a través del humo, controlarlas tal como se hace hoy, hecho que está representado en unos relieves del templo de Neuserre, y que dejaron constancia de que la vida del hombre, además de comerla, formaba parte de 500 medicamentos naturales de los 900 conocidos en esa época, también solían usarla en el embalsamamiento de sus más altos dignatarios, o sea faraones, tales como Tut-Ahn-Kamon, que al encontrar su tumba todavía estaba en buen estado después de transcurridos 33 siglos, día más, día menos…
También en tablillas cuneiformes sumerias, incluso al propio Zeus, el amo de la antigua finca griega, antes de que existiera la OTAN, le alimentaron de bebé con leche y miel.
La vida se tornó más llevadera cuando estos aprendieron, no sólo a controlar a las abejas, sino a domesticar ocas, gallinas, cerdos, ovejas, camellos, etc.En la cultura hindú, su Dios redentor Vishnú, parte de la trilogía de Dioses supremos junto a Brahma y Shiva, está representado por una abeja posada en una flor de loto, así como Kama, Dios del amor está rodeado por un arco de abejas, en representación de la dulzura y las penas (Picotazos) del amor.Se dice, que el famoso filósofo y matemático griego, Pitágoras, que vivió en el siglo V a.d. C.
llegó a los 90 años alimentándose solo de pan y miel. Actualmente las comadronas de algunos países africanos, humedecen los labios de los recién nacidos con miel, para compensarles del horror y sufrimiento de haber nacido (con lo bien que estaban antes de pasar por el túnel de no retorno...)
Las aproximadamente 55.000 abejas de cada colmena transportan el néctar de las flores a las colmenas, y lo transforman con su saliva en su estómago, madurando el néctar, que servirá de alimento a las ninfas y a las larvas de su reina, que habiendo nacido simplemente como una simple abeja, tras haber sido alimentada, solo con jalea real, se convertirá en Reina. 1/2 kilo de miel representa la absorción del néctar de unos 2 millones de flores, y un recorrido aproximado de 2 vueltas al mundo, a una velocidad que puede alcanzar los 35 Km./hora,… en menos de 80 días y sin globo. Cada abeja solo puede producir unas diez cucharadas de miel durante su corta vida, o sea unos 30 gramos, y eso después de haber dejado su tarjeta de visita al domicilio de 5.000 flores.Por inverosímil que parezca, no fue hasta 1852 que un clérigo de Philadelphia, llamado Lorenzo Lorraine Langstroth, inventó el actual panal de marcos móviles, y empezó a producir de manera doméstica la miel, y con ello nació la apicultura moderna.
Dependiendo del tipo de flor con que se alimenta la abeja, el color de la miel será diferente, así como su sabor y su aroma, hay pues una enorme variedad de mieles, empezando por la "miel de 1000 flores", que es la que se consigue cuando las abejas tienen una gran variedad de flores a su alcance,… lo mismo que les pasa a los perros de las 1.000 leches.
La miel en general alivia los problemas hepáticos, previene el agotamiento físico y mental, y se la considera un antibiótico natural: alivia quemaduras, picaduras de insectos, y heridas en general, aunque tomada en exceso puede provocar indigestión.
- La miel de romero es una de las más sólidas, alivia problemas hepáticos, reumatismo, exceso de ácido úrico e incluso es ideal para combatir la epilepsia. Es de color amarillo pálido, y muy digestiva.
- La miel de azahar es estimulante, amarillenta y muy aromática, con ligero sabor acitronado, conseguida cuando las abejas se alimentan de las flores de los cítricos, en especial en el Levante Español, es de color amarillo-ámbar, y tiene poderes sedantes y antidepresivos.
- La miel de eucalipto, de color ocre-oscuro, de sabor y olor muy penetrante, tiene propiedades balsámicas, por lo que es un remedio natural contra los catarros, se sugiere tomar 2 cucharadas en ayunas, y dos más antes de cada comida, para así suavizar la garganta. - La miel de castaño, de color marrón oscuro, es la menos dulce de todas y algo amarga, favorece la circulación, previene los problemas urinarios, y de próstata.
- La miel de caña, también llamada "miel negra", es un excelente laxante natural.
- La miel de espliego ayuda en las enfermedades vasculares, y respiratorias.
- La miel del álamo es de color ámbar.
- La miel de tilo, de color ocre-verdoso, de fuerte sabor y aroma, tiene propiedades sedantes, tonifica el corazón, combate la arteriosclerosis, el insomnio y la migraña.
- La miel de anís es un gran tonificante.-
La miel de lavanda y pino son excelentes contra la tos, aliviando el sistema respiratorio.
- La miel de tomillo es un excelente expectorante, fortalece el sistema inmunológico, activa el sistema digestivo, mejora los síntomas de la astenia, y alivia los problemas catarrales y de angustia o fatiga crónica.
- La miel de brezo, bastante cremosa y oscura, es la más digestiva, diurética, combate los problemas de próstata, y es de un excelente e intenso sabor.- La miel de eucalipto es altamente expectorante, o sea ayuda contra los resfriados.
- La miel de acacia es muy líquida, también hay que citarla por sus poderes laxantes. - La miel de hojas de abeto, con fuerte aroma a pino.
- La miel de trébol suele ser la más común de las mieles, de color claro.
- La miel virgen es la que se extrae, sin manipulación alguna, de las celdillas repletas de miel, incluyendo las propias celdillas que también se comen.
- La miel de bosque mediterráneo, como pueda ser de las encinas, robles y olivos, es ideal para combatir la anemia, la diarrea crónica y la disentería.
- La llamada miel de panal, que es aquella en la que suele venir un trozo del propio panal dentro del tarro, suele ser algo cara, combate la sinusitis.
- La miel silvestre es la encontrada en huecos de árboles o cuevas, en las que abejas “incontroladas” han decidido hacer su panal, es de color pardo-oscuro, y de sabor suele ser resinoso. También de las paredes interiores de las colmenas, se extrae el “Propóleo”, que las abejas, en forma de resina, han recubierto el interior para potenciar su microclima.
La única miel con Denominación de Origen, que no significa más que una determinada calidad invariable dentro de ciertos baremos preestablecidos por su Consejo Regulador, y no significa que sea la mejor, o que se menosprecien las demás, es la de La Alcarria, entre Cuenca y Guadalajara.
Por otro lado, es mundialmente famosa la miel griega del monte Hymettus. En los países del norte europeo, suelen catalogar a las mieles más oscuras, como las mejores, aunque hay excepciones.
Los apicultores deben estar muy al tanto de la flora de su zona, ya que si las abejas ingieren néctar de flores que puedan tener toxinas, la transmiten a la miel, este es el caso de la adelfa, que es venenosa y así su posible miel.
La miel es rica en proteínas, aporta menos calorías que su mismo peso en azúcar, y es más edulcorante que éste.
Es además una importante fuente de minerales, tales como calcio, cloro, fósforo, sodio, cinc, azufre, flúor, magnesio, hierro, cobre, manganeso y el fósforo, y es rica en vitaminas B1, B2, B3, B6, B12, H, E, K y C, la miel contiene unas 320 cal. /100 gr., unas 80 menos que el mismo peso en azúcar, también contiene la mayoría de azúcares naturales, tales como la fructosa, la sacarosa, la glucosa, o la maltosa, sustancias antibióticas, con un excelente poder cicatrizante, se han catalogado hasta 180 componentes diferentes como componentes de la miel. La miel suele contener un 20% de agua, un 30% de glucosa y un 40% fructosa, además de sacarosa, polen, ácido fórmico, y esencias aromatizantes.
En su composición entran más de 100 elementos nutrientes diferentes. No es recomendable, ni a los obesos, ni a los diabéticos.
Tomada en exceso puede ser irritante para el intestino.
Debe conservarse en envases cerrados, y protegerse de la luz.